Su estratégica ubicación ha sido, ya desde época musulmana, el principal impulsor del desarrollo e importancia de la ciudad de Calatayud. De aquellos inicios conserva su toponimia derivada del nombre de su fundador Qual’at’Ayub (castillo de Ayud) y el impresionante conjunto defensivo con cinco enclaves fortificados unidos por murallas que encerraban todo el casco urbano.
Como capital
de este “reino del ladrillo” que es la Comarca de Calatayud, es lógico que
concentre un buen número de edificaciones levantadas en este material por
maestros de obras mudéjares, y como es habitual con predominio de iglesias y
torres, sin olvidar un nada despreciable catálogo de obras civiles. Seguir
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