El sermón a los pájaros de Francisco de Asís.
Y el Santo habló así a las aves:
"¡Carísimos hermanos pájaros! Mucho debéis vosotros
a Dios, y es menester que siempre y en todas partes le alabéis y bendigáis: he
aquí que os ha dado esas alas, con que medís y cruzáis en todas direcciones el
espacio.
Él os ha adornado con ese manto de mil y mil colores
lindos y delicados. Él cuida solícito de vuestro sustento, sin que vosotros
tengáis que sembrar ni cosechar, y apaga vuestra sed con las límpidas aguas de
los arroyuelos del bosque, y puso en vuestras gargantas voces con
que llenáis los aires de dulcísimas armonías.
Y para vosotros, para vuestro abrigo y recreo, levantó
las colinas y los montes, y aventó y suspendió las abruptas rocas. Y para que
tuviéseis donde fabricar vuestros nidos, creó, riega y mantiene la enmarañada
floresta. Y para que no tengáis que afanaros en hilar ni en tejer, cuida de
vuestro vestido y del de vuestros hijuelos.
¡Oh!, mucho os ama vuestro soberano Creador, cuando os
colma de tantos beneficios. Guardaos, pues, oh mis amados hermanitos, de serle
ingratos, y pagadle siempre el tributo de alabanzas que le debéis".
No bien calló cuando los pajarillos empezaron a abrir sus
picos y, batiendo las alas, tendiendo el cuello, inclinando al suelo la cabeza
y haciendo mil otros graciosos meneos, prorrumpieron en alegres trinos, con que
demostraban entero asentimiento a las palabras del santo predicador.
Éste, por su parte, lleno de contento y gozo, no se
hartaba de contemplar tanta multitud y variedad de pájaros, tan mansos y
dóciles. Y alabó también él al Señor y les encargó a ellos que nunca se
cansasen de alabarle.
Y habiendo terminado su predicación y exhortación, hizo
sobre sus alados oyentes la señal de la cruz para bendecirlos, y ellos al punto
se lanzaron a los aires exhalando cantos maravillosos, y pronto se separaron y
dispersaron en todas direcciones.
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Bellos relatos de los amados pájaros de San Francisco de Asís. El canto de los pájaros es una alabanza a Dios y un arrullo para nuestros corazones. Desde Costa Rica os envío en este hermoso día un saludo muy cariñoso.
ResponderEliminarLorena Flores desde San José
Me parece de una ternura infinita esa manera de dirigirse a los pajaritos. Yo no he estado nunca de acuerdo con esas palabras de que los pájaros del cielo y los lirios de los valles no se tenían que preocupar de su comida ni vestido, sabiendo que todos los días mueren personas de hambre y frío sobretodo los niños que no tienen culpa de nada. En fin José, tendríamos que tener todos un corazón tan tierno como San Francisco para ver todo lo bonito. Un abrazo
ResponderEliminarToñi desde Alcorcón.
José, siempre encuentras una excusa para mantener viva esta creación de sellos. Es verdad, que el de hoy, es especial por lo que representa, en esta era de tantos conflictos y guerras. Ojalá cambie la balanza y gane peso la paz frente a la gerra.
ResponderEliminarGracias, Jose. Tú también tienes un corazón muy franciscano: sensibilidad a lo bello, al sufrimiento de la gente, al cuidado de la creación, deseo profundo de paz...Gracias por ofrecernos tantas cosas bellas e interesantes...
ResponderEliminarUn año más evocamos a Francisco de Asís, subido a los altares por su testimonio de vida.
ResponderEliminarSe le conoce como 'El pobrecillo de Asís'.
Se sabía a sí mismo pobre, sin pertenencias materiales; pero aún más, desapropiado de apegos y atribuciones. "No quiero propiedades porque tendría que poner carceleros".
Tenía, eso sí, la mayor riqueza al saberse -por experiencia- quien era. Y tal era la certeza que supo, por ende, qué o quien era el otro y TODO lo demás.
Llamando a todo lo creado 'hermano/a" en esa Unicidad, desde su Espíritu a todo la creación, a lo exterior con un ¡Loado, seas! por ello.
Alabando al árbol, su hermano creado. Al agua, sol, tierra, muerte...
Y, clamó como nadie, La Paz. Todo un instrumento de ella. Una exhortación a todos nosotros a recibir y vivir su mensaje.
No es extraño que allá, en La Alvernia, donde pasaba horas y horas, en silencio contemplativo, cuando su mente se dispersaba, exclamara: "Mi Dios, Mi Todo".
Y de nuevo el mantra, lo sumía en alta contemplación: La Presencia con un Silencio sonoro.
Loado seas, mi Señor!
Isabel Cuenca Soriano, Madrid.
Son muchas cosas por las que siento un gran cariño hacia la Familia Franciscana.
ResponderEliminarEl Pobre de Asís, dejo unas raíces tan profundas, que su sabia nos llena de Paz a día de hoy.
Es verdad que el mundo está muy revuelto, este cambio de paradigma, es difícil de digerir. A pesar de ello veo grupos jóvenes, buenos y comprometidos.
Ángeles Cobo desde Córdoba.
Gracias por vuestras palabras, Lorena, Toñi, Fernando, Vicente, Isabel y Ángeles. El mundo está necesitado de sensibilidad, de ojos que no solo miren sino que vean y sientan.
ResponderEliminarFrancisco de Asís llevó al extremo la sencillez y la pobreza, ello le liberó de las ataduras del mundo material.
Hombre de paz y ternura, así era el Pobre de Asís.
José Cortés