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viernes, enero 25, 2013

El clavel, flor universal.

A principios del siglo XVIII, la moda se apoderó de los claveles y de las Orejas de oso. Este capricho duró todo un siglo sin que los aficionados hubiesen pensado fijar su vista en una multitud de otras flores por lo menos tan hermosas. La patria del clavel no es bien conocida: es probable que su origen sea de las montañas de la Europa meridional. Es cierto sin embargo, que varias especies de claveles eran conocidas y gustaban en tiempos de la caballería y aun acaso antes de esta época.

Según expresa la Bélgica hortícolaSan Luis fue el que trajo de Túnez en 1270 el clavel a los jardines de Europa. Un catálogo de 1629 ya indica de 20 variedades, pero el clavel no llegó a estar de moda hasta el siglo XVIII cuando las gentes se cansaron de las flores cultivadas en cebollas de Holanda.

Un catálogo inglés de 1702 enumera 360 especies de claveles. Ya en posesión del favor popular, el clavel fue apreciado mucho más cuando su cultivo y selección le permitió producir flores más vistosas y coloridas a nuestros ojos humanos. Este cultivo, sobre todo, se llevó al último extremo en Flandes, Bramante y Hemaut y de aquí las más hermosas especies se derramaron por toda Europa.
Se dio tal importancia a esta flor que se habían escrito hasta 1820 centenares de libros sobre los claveles. Entre otros se distinguió el Gran Condé, quien en 1660, publicó varios preceptos para el cultivo de los más hermosos claveles. Se establecieron sistemas formales sobre sus colores, su dibujo y sus formas y se dedicaron tan rigurosamente a observar estas leyes arbitrarias que hasta retiraron de las colecciones las más hermosas especies cuando no observaban los sistemas admitidos.
El gusto por los claveles se esparció mucho más que el de las otras flores porque el clavel es la primera del estío y la que dura mas tíempo. Además, el clavel puede cultivarse en un tiesto. Pero cuando por consecuencia de los viajes botánicos se aumentó continuamente el número de flores nuevas, la pasión por los claveles se perdió cada vez mas y ya desde 1820 a 1830 las buenas colecciones eran raras.


Desde este video podemos escuchar la canción " Clavelitos"

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