A veces los lugares más pequeños, esos que parecen quedar
en un rincón del mapa, son capaces de guardar secretos que sorprenden al mundo.
Eso ocurre en Belalcázar: localidad cordobesa de poco más de tres mil
habitantes, que sin proponérselo se ha convertido en punto de referencia para
la mineralogía internacional. El motivo tiene nombre
propio: alcantarillaíta, un mineral tan raro que hasta la fecha no se ha
encontrado en ningún otro lugar del planeta.
La historia arranca en la mina Alcantarilla, situada
a 8,5 kilómetros al este del pueblo. En su día fue un enclave minero activo
gracias a la explotación de wolframita, especialmente en los años
cuarenta y cincuenta, cuando el precio del tungsteno se disparó por la Guerra
de Corea según explican desde el Mindat.org: la base de datos de mineralogía de
acceso abierto del Hudson Institute of Mineralogy. Seguir