Y terminamos nuestra visita a Frías presentando un sello dedicado a la cascada de Toberas en el río Molinar.
El río Molinar rasga con su curso los Montes Obarenes y
después de abrirse paso a través de un desfiladero adornado de vegetación se
precipita hacia el Ebro, entre Tobera y Frías, por unos rápidos aprovechados
desde el siglo XIII para mover molinos, batanes, pisones y demás artilugios
hidráulicos.
Estos molinos surtían de papel a las acreditadas prensas
burgalesas del siglo dieciséis. Todavía hoy, a la salida de la garganta y
encima de Tobera, ruge la turbina de lo que debe de ser una fábrica de luz.
En el primer tramo camina lentamente pero llegado a
Tobera se precipita bruscamente lo que propicio la construcción de industrias
harineras. Después, el perfil del cauce es más encajonado, con suficiente
desnivel y caudal como para levantar un rosario de molinos hasta la
desembocadura. Seguir
Desde este enlace tienen muchas fotografías de este bello pueblo medieval.
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