Cuesta trabajo imaginar avenidas como Conde de Vallellano
o Ronda de los Tejares, que cada día son tomadas por cientos de vehículos, sin
un solo coche haciendo rugir su motor. Esa era la imagen hace 120 años hasta
que el 9 de julio de 1904 se matriculó el primer turismo en la
capital, un De Dion Bouton tipo torpedo, sinónimo de prestigio,
velocidad y lujo, cuya placa fue estampada con el CO-1.
Por aquel entonces, la ciudad ya había vivido hacía
apenas un par de meses un acontecimiento importante: la primera visita del
rey Alfonso XIII, que llegó en tren un par de meses antes, el 12 de
mayo de 1904. Ahora, aquel ruidoso artilugio llegaba para quedarse, trayendo
consigo unos aires de modernidad que fueron recibidos entre el recelo de unos y
la estupefacción de otros. Seguir
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