Para conocer el origen del Descenso Internacional del
Sella, hay que remontarse al año 1929, cuando Dionisio de la Huerta, decidió
hacer una excursión en piragua por el río Piloña, desde Coya hasta Infiesto,
durante sus vacaciones de verano en su casa familiar en Coya. En aquella
aventura le acompañaron un grupo de amigos, recorriendo durante más de dos
horas el trayecto de 5 kilómetros.
Con la experiencia de aquella aventura, Dionisio trató de
convencer a sus amigos Alfonso Argüelles y Manés Fernández para que le
acompañaran a descender el Sella desde Arriondas, río abajo. Este primer
descenso por el Sella estuvo lleno de paradas para vaciar la piragua del agua
que tenía dentro y llenar el estómago con algún que otro bocadillo, mientras
que un grupo de amigos seguían sus avances desde un autocar por la carretera
que une Arriondas con Ribadesella. La noche se les echó encima, por lo que en
Soto de Dueñas, se vieron obligados a dar por finalizado este descenso y
dejarlo para otra ocasión. Habían recorrido 14 kilómetros durante 7 horas en
las que disfrutaron de las aguas del Sella y del paisaje que lo rodea.
Dionisio, y las aventuras que organizaba, fue durante un
tiempo tema de conversación en Infiesto. Aún sin saberlo, aquella aventura
había supuesto la semilla del actual Descenso del Sella y de la Fiesta de las
Piragüas. Dionisio, no conforme con la experiencia vivida, realizó en el año
1930 el trayecto completo desde Coya hasta Arriondas, y finalmente, en el año
1931, llegó hasta Ribadesella. Seguir
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