Dicen los libros de historia que la profesión de bombero es una de las más antiguas del mundo, y que ya las civilizaciones griegas y romanas formaban a personas para luchar contra el fuego. Pero dicen los libros de historia también que ésta, la de bombero, es una de las profesiones con menos mujeres.
María Luisa era una niña muy fuerte que siempre estaba corriendo y jugando por todas partes. Lo que más le gustaba en el mundo era hacer deporte, y el que más de todos, nadar. Lo hacía en la piscina de su pueblo, Puertollano, en Ciudad Real.
Cuando apenas tenía veinte años y daba clases en aquella
piscina, no podía ni siquiera imaginar que su nombre iba a quedar para siempre
ligado al de esas mujeres que se atrevieron a demostrar que las profesiones más
peligrosas y duras del mundo son también cosa de chicas.
—Pues yo también quiero. Así podré estar en forma y
ayudar a los demás. Seguir
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