San Julián, patrón de Cuenca donde sus fiestas se celebran entre los meses de agosto y septiembre de cada año.
La
ciudad de Cuenca tiene por Patrona a la Virgen de la Luz, cuya fiesta se celebra
con gran esplendor el día primero de junio. Es una imagen de color moreno, con
el Niño en los brazos y un candil o luminaria en la mano derecha; se venera en
una iglesia santuario dedicado a San Antón, junto al puente sobre el río Júcar,
en uno de los parajes más bellos de la ciudad que sinceramente recomiendo
conocer. El interior de esta iglesia es todo una provocación barroca, de
luminosidad y riquísimos dorados, en donde, además, se guardan algunas de las
imágenes más importantes de la Semana Santa.
La
devoción a la Virgen de la Luz es antiquísima en la ciudad de Cuenca. Del
origen y vicisitudes de esta advocación existe una tradición que los
conquenses hemos ponderado a lo largo de los siglos, y que no seré yo quien la
desmienta, al menos por lo que pueda tener de valor histórico o de documento
clave en la cultura local.
Se
cuenta que la aparición de la Virgen de la Luz al Rey tuvo lugar en fechas
inmediatas a la reconquista de la ciudad por Alfonso VIII, que como así consta
ocurrió el día 21 de septiembre de 1177. Los soldados castellanos que tenían
cercada la ciudad, pudieron ver cada noche una luz tenue al pie del cerro de la
Majestad, a orillas del Júcar. Conocido el hecho por el Rey, se presentó en el
lugar, y allí le fue anunciado en una fulminante aparición que la reconquista
de la ciudad sería inmediata; hecho que ocurrió a los pocos días. Alfonso
VIII ordenó construir una ermita en aquel sitio y entronizar una imagen de la
Virgen en prueba de gratitud. Es una historia larga y rica en detalles, en
nombres, en fechas y en documentos. Los favores recibidos en la ciudad por su
mediación, especialmente en el siglo XVIII, fueron muchos, como así consta en
documentos de diversas épocas.
El
santuario actual, construido en 1760, queda a muy corta distancia de donde debió
de estar la primitiva ermita. Por su situación junto al puente sobre el río Júcar
se le ha conocido también como ermita del Puente, y por ser la sede patronal
muchos la conocen hoy como ermita de la Virgen de la Luz.
San Julián de
Cuenca (1128 Burgos - 1208 Cuenca)
santo de la Iglesia
católica,
doctor en teología y filosofía por la Universidad de Palencia donde fue profesor, segundo obispo de
la diócesis de Cuenca (1198 - 1208).
Nacido de una noble familia burgalesa según
tradición, o según la historiografía moderna, hijo de mozárabes toledanos con el
nombre de Julián ben Tauro (Julián hijo de Tauro),1 fue profesor
nombrado de la Universidad palentina con sólo 24 años, con 35 años abandono la
docencia y se retiró a su ciudad natal para preparar durante tres años su
entrada en el sacerdocio. Después de veinte años de misionero por la zona de
Córdoba, es nombrado arcediano de la catedral de
Toledo. En 1198 fue obligado por el rey Alfonso VIII a aceptar el nombramiento como
segundo obispo de la diócesis de Cuenca, cargo que ocupó hasta su
muerte.
Fue enterrado en la catedral que estaba
construyendo, y en tiempos de sucanonización sus restos incorruptos se trasladaron a una
arqueta de plata puesta en el altar de la capilla bajo su advocación, en un ábside de la Catedral de Santa María
y San Julián de Cuenca, donde recibió veneración. Al
comienzo de la guerra civil (1936), sus reliquias fueron profanadas
por milicianos republicanos y su cuerpo, quemado. En la actualidad, en el mismo
sitio donde se veneraba su cuerpo, se conservan los fragmentos óseos que el
primer obispo entronizado después de la guerra, Inocencio
Rodríguez Díez, mandó recoger y autentificar.
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