Ubicado en el paseo de la Estación, el palacete Laredo es
el más singular de los edificios alcalaínos levantados en el siglo XIX. Toma el
nombre del que fuera su propietario y diseñador, el arquitecto, restaurador y
pintor Manuel José de Laredo y Ordoño, quien plasmó sus particulares gustos
artísticos en cada uno de los espacios en los que se distribuye este inmueble
concebido para uso residencial.
Desde el punto de vista estilístico se inscribe dentro
del neomudéjar, aunque incorpora formas y elementos góticos, renacentistas o
modernistas, respondiendo a ciertos planteamientos nacionalistas postulados por
el Romanticismo español. En el exterior destacan el gran torreón central y el
minarete de la esquina con reloj, así como el sugerente juego de volúmenes y la
variedad de soluciones constructivas y ornamentales asociadas. Seguir
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