AGRADECIMIENTO

Se agradece infinitamente a todos los autores de las imágenes empleadas para elaborar estos singulares sellos de ficción porque, sin ellas no hubiese sido posible. Por la complejidad de su elaboración en muchos casos resulta imposible hacer referencia de los mismos. sellosficcion@gmail.com

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miércoles, octubre 31, 2018

Museo diocesano de Arte Sacro de Vitoria


La idea de crear un Museo Diocesano nace a principios del siglo XX cuando comienza a reunirse en las dependencias del Palacio Episcopal las primeras obras de la colección. A lo largo de este tiempo ha tenido varias ubicaciones: en 1923 se inaugura en el Seminario Conciliar “un museo diocesano en el que se exhibieron, debidamente clasificados, objetos artísticos pertenecientes a las iglesias”; entre 1930 y 1936 se instala en el nuevo Seminario Diocesano y entre 1942 y 1999 forma parte de los fondos de las instituciones museísticas albergadas en el Palacio Augustin como son la Casa de Álava, el Museo Provincial y el Museo de Bellas Artes.

Finalmente en 1999 se inaugura este museo en la Catedral Nueva con el objetivo de recuperar, conservar, estudiar y difundir el patrimonio religioso de la Diócesis y del Territorio Histórico de Álava. Seguir

El sello que ilustra esta emisión de sellos ficción está dedicado a una talla que se encuentra  en el museo, Santa María de Vitoria, la otra patrona de Vitoria...
La más hermosa de las Andra Maris conocidas, la madre de todas ellas, es Santa María de Vitoria o la Virgen de la Esclavitud. Su historia es la de la propia ciudad y la de un gran olvido

Al entrar al Museo de Arte Sacro, en la girola de la catedral nueva, aparece como en una visión antigua una Andra Mari, una virgen sentada con una manzana en la mano y el niño Jesús en sus rodillas. Parece desubicada fuera de una mayestática peana que realce su extraordinaria belleza. Está ahí, en el museo, reconocida por los expertos como una obra de arte genial, única, modelo perfecto de centenares de tallas, pero no genera sentimientos y devociones, le falta ese fervor popular, ese cariño que sí tiene, por ejemplo, la Virgen Blanca. Pero como dicen Aintzane Erkizia e Itziar Aguinagalde, las historiadoras del museo, “ninguna la iguala en hermosura y en serenidad. Esta imagen ha sido modelo de todas las Andra Maris sedentes que conocemos”. El entusiasmo que muestran las expertas es directamente proporcional a su arrinconamiento, a su olvido en la historia de la ciudad, cuando estaba llamada por antigüedad, arraigo, leyenda, literatura milagrera o valor artístico, a ser la patrona de la ciudad. Seguir


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