En la Feria de Abril de Sevilla, así como la de otros pueblos
y ciudades, era también la oportunidad de muchas mujeres para ponerse la
mantilla, aunque en este caso se lucía de encaje blanco. Esta costumbre perduró
con fuerza hasta el primer tercio de nuestro siglo. Luego, poco a poco, la
mujer se fue despojando de esta prenda tan frágil para tales ambientes
festivos, ya que la delicadeza del encaje imponía un cuidado especial que la
incomodaba para bailar y divertirse.
También la fiesta nacional de los
toros ha estado siempre muy ligada a esta prenda, ya que las mujeres acudían
engalanadas con sus mantillas blancas a las plazas. Aunque no es tan frecuente
como años atrás, actualmente siguen viéndose los coches de caballos llevando a
la plaza grupos de mujeres con sus mantillas blancas de encaje, que después lucen
con gracia en los palcos. seguir
Abanico sevillano
La historia del abanico no es tan remota como se podría
pensar en un principio. Algo tan simple como abanicarse con los más diversos
materiales (plumas, hojas ...) no dió lugar al abanico hasta una relativa
reciente creación. Aunque existían elementos para "airearse" el
abanico de cierre y varillas se remonta apenas a 5 siglos atrás. Existían
elementos simples, como el conocido paipai de una sola hoja rígida con un mango
o empuñadura, y de gran variedad en formas y tamaños. seguir
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