En estos días cientos de sobres navideños engalanados para celebrar el VIII centenario del primer Belén de la historia, están viajando para llevar a sus destinatarios una entrañable felicitación.
Aunque por mucho que se empeñen, el correo postal tiene vida, una vida que lleva la satisfacción de entregar a otra persona un detalle, un gesto que ha salido de nuestras manos y que deseamos que sea compartido con aquellas personas que a cada uno nos importan.
GRACIAS a cada una de las personas que tienen la valentía de enviar una felicitación por correo postal, GRACIAS INFINITAS.
José Cortés
Gracias a ti por tu afán y tu buen trabajo
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