La ciudad de Cartagena fue fundada como Qart
Hadasht por el cartaginés Asdrúbal el Bello en el año 227 a.
C., sobre un anterior
asentamiento ibérico o tartésico, tradicionalmente identificado
como Mastia. La ciudad conoció su apogeo durante época romana, con
el nombre de Carthago Nova, época en la que fue capital de provincia tras
la división administrativa de Diocleciano. Tras la desaparición del
imperio romano, Cartagena, con el nombre de Carthago Spartaria, formó
parte de los dominios bizantinos en la península ibérica, de la que fue uno de
sus más importantes ciudades y acaso su capital, resultando destruida tras su
toma por los visigodos. Tras ello, Cartagena entró en un periodo de decadencia
que no fue revertido hasta bien entrada la edad moderna.
Aníbal Barca (247-183 a.C.).
General y político cartaginés, hijo de Amílcar Barca,
nacido en Cartago en el 247 a.C. y muerto en Bitinia en el 183 a.C.
Aníbal tenía nueve años cuando su padre Amílcar le hizo
jurar solemnemente ante el altar de Baal Shamin que nunca sería amigo de los
romanos. Desde muy joven acompañó a su padre en sus campañas y, tras la muerte
de éste, sirvió al lado de Asdrúbal, cuñado de su padre, que le había sucedido
en el mando del ejército cartaginés en España. Con la muerte del general a
manos de un soldado celtíbero, Aníbal fue elegido por los soldados cartagineses
como general, ya que veían en él el vivo reflejo de su padre. Al año siguiente
(221 a.C.) el Senado de Cartago confirmó esta decisión, a pesar de la oposición
de parte de los senadores que consideraban que a sus veinticinco años no tenía
la experiencia necesaria para tener el mando absoluto de las tropas. seguir
Asdrúbal Barca, el Bello (¿-221 a.C.).
General cartaginés, yerno de Amílcar Barca y cuñado del
célebre Anibal, fundador de la ciudad de Cartago Nova (actual Cartagena;
España).
Tras la firma de la paz en el año 241 a.C., por la que
Cartago y Roma pusieron fin a la Primera Guerra Púnica, que habían emprendido
por la posesión de la isla de Sicilia, Amílcar Barca y Asdrúbal determinaron
buscar en Hispania una compensación a las pérdidas que había sufrido Cartago,
sabedores de que la paz no era más que un armisticio encubierto. Hispania
poseía ricas minas de plata que, explotadas racionalmente, podrían sufragar las
pérdidas cartaginesas y proporcionar dinero y recursos (materiales y humanos)
para futuras guerras contra el enemigo mortal, Roma. Por fin, en el año 237,
Asdrúbal y su suegro desembarcaron en Hispania, donde los cartagineses poseían
ya algunos puertos comerciales de singular importancia, como por ejemplo la
antiquísima Gades (Cádiz), Sexi (Almuñécar), Malaka (Málaga) y Baria
(Villaricos). Amílcar Barca se apoyó en estas bases y dedicó todo su talento a
crear un nuevo estado cartaginés homogéneo que agrupara las regiones más
fértiles del litoral mediterráneo, que pronto se extendió por el norte hasta
las inmediaciones del río Ebro. seguir
La Catedral de Santa María la Vieja o Catedral Antigua de
Cartagena fue sede de la diócesis de Cartagena, hasta su traslado a la ciudad
de Murcia en el siglo XIII. Situada en el cerro de la Concepción, en pleno
casco antiguo de Cartagena, se encuentra en ruinas desde 1939, cuando sufrió
las consecuencias de los bombardeos efectuados sobre la ciudad en la Guerra
Civil Española por las tropas del bando franquista.
En 1243, cuando el príncipe Alfonso emprende la campaña
para conquistar el Reino de Murcia solicita al papa Inocencio IV la restitución
de la diócesis de Cartagena, que había sido metropolitana en los tiempos
anteriores a la dominación musulmana. En 1246 se materializa la reconquista de
Cartagena y en 1248 el Papa encarga un estudio sobre los antecedentes de la
Diócesis, que concluye con la bula Spiritus exultante que, el 31 de julio de
1250, dicta en Roma el citado papa comunicando a Fernando III de Castilla la
restauración de la diócesis de Cartagena. El primer obispo de la nueva etapa de
la Diócesis sería el franciscano Fray Pedro Gallego, confesor del propio
príncipe Alfonso. seguir
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