Clausuramos la serie dedicada a Sevilla que se ha prolongado durante todo el mes de julio. Y para cerrar este extraordinario evento filatélico de ficción, lo hacemos con cinco sellos especiales aportados por Manuel Vicente Ramírez desde Las Palmas de Gran Canaria.
No voy a hablar ni descubrir aquí la
rica historia, arte, cultura, bellísimos monumentos, plazas, iglesias, parques
y jardines de Sevilla, es obvio que es algo más que todo eso. Hablo de las
sensaciones que se producen cuando se visita, de lo intangible. Dice la canción
que Sevilla tiene un color especial, pero yo añado que tiene un olor especial,
a azahar, a incienso, a Semana Santa, a madera envejecida, Sevilla huele y no
hay otro lugar tan perfumado. Pasear y perderse por sus entramadas y estrechas
callejuelas es una experiencia atemporal y extracorpórea, porque es un lugar
con mucho embrujo y donde los duendes nunca duermen, es la magia de Híspalis,
esencia de Andalucía y referente de España.
No exageran los sevillanos cuando dicen que “quien no ha visto Sevilla,
no ha visto maravilla” y yo diría que “quien se fue de Sevilla, perdió su
silla”.
Hoy dedico estos cinco sellos a Sevilla, con todo mi cariño, nostalgia y
recuerdo, la ciudad que me hizo soñar y hacer realidad mis sueños, lugar de cine
al cual uno queda cautivo, enamorado y encantado para siempre y, por supuesto,
volver, siempre volver a ti, Sevilla.
Manuel Vicente Ramírez
¡¡¡ ADIÓS SEVILLA, SIEMPRE ETERNA !!!
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