AGRADECIMIENTO

Se agradece infinitamente a todos los autores de las imágenes empleadas para elaborar estos singulares sellos de ficción porque, sin ellas no hubiese sido posible. Por la complejidad de su elaboración en muchos casos resulta imposible hacer referencia de los mismos. sellosficcion@gmail.com

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viernes, enero 16, 2015

Parque Polvoranca, aves: ( IV )


Oca común
Descendiente directa de dos especies silvestres, el ánsar común ceniciento y el ganso chino. Su domesticación se remonta a la época de egipcios, griegos y romanos. Plumaje blanco ceniza. El Pico, muy ancho en su base, termina en una especie de uña afilada. Alas largas y puntiagudas.

Patas adaptadas a la natación, terminadas en dedos unidos por una membrana natatoria. Glándula especial situada junto a la cola, que segrega una sustancia grasa que hace impermeables a las plumas.
La oca es una de las más rústicas y grandes aves domésticas, llegando a alcanzar un peso de 4-5 kilos. Son aprovechables sus huevos y su carne, además de su hígado, del que se deriva el "paté de foie-gras".
Se cree que la oca, además de gorda, es tonta. Aparte del episodio histórico de las ocas del Capitolio, que en el año 390 A.C. con sus gritos ahuyentaron el asalto de los galos a la roca capitolina, son animales que demuestran poseer inteligencia y astucia. Seguir



Petirrojo
Si hubiera que conceder a una de nuestras aves la palma de la familiaridad, ¿quién se la llevaría mejor que el Petirrojo? Su silueta rechoncha y viva, brincando entre las hojas secas en busca de gusanejos es bien conocida de los paseantes, que no dejan de notar la presencia de esta pequeña bola con pechera de color rojo vivo.

De hecho, el Petirrojo Europeo esconde bien su juego, pues su mal carácter podría perjudicar la amistad que se le concede. Pero es de admirar la energía que despliega un animal tan pequeño en la lucha por la vida. En él, el rojo es una señal de alarma, mientras que en los colirrojos, el color de su cola es sólo un medio primitivo de reconocimiento. La visión de otra pechera roja provoca en el petirrojo una serie de actitudes de intimidación que se acentúan hasta que uno de los protagonistas huye, por lo general, antes de llegar a la lucha. El canto delimita el territorio y evita conflictos.

Las hembras cantan solamente en invierno, período en el cual defienden un territorio propio, a menos que el tiempo se muestre extremadamente riguroso, en cuyo caso aplicarán todas sus energías a la búsqueda y consecución del alimento necesario para subsistir. A mediados del invierno la hembra comienza a buscar pareja, eligiendo entre los machos que cantan. Seguir

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