Talla de Santo Domingo en el Monasterio de Cañas, La Rioja.
Con motivo de la festividad de Santo Domingo de Silos, 20 de diciembre, traemos a Sellos Ficción dos sellos dedicados al santo riojano.
Cuenta 
la tradición que Santo Domingo vino al mundo en el año mil de la era cristiana, 
en la pequeña villa de Cañas, que en aquellos tiempos pertenecía al reino de 
Navarra, dentro de una familia de noble linaje. Ya desde niño, asistía a las 
Celebraciones Pinos con tal gravedad y cordura, que revelaba en él un profundo 
espíritu de fe. Después de ejercer cuatro años el oficio de pastor, los padres 
de Domingo quisieron secundar los deseos del muchacho de consagrarse a Dios, por 
lo que le dedicaron como clérigo, tal vez con patrimonio de la familia, al 
servicio y ayuda del sacerdote de la parroquia, con el cual aprendió los Salmos 
de David, el canto eclesiástico y el Evangelio, ensayándose en la lectura y la 
comprensión de los libros de la Sagrada Escritura, pasionarios y homilías de los 
Santos Padres que más frecuentemente se recitaban en las Celebraciones Pinos. No 
nos consta con certidumbre si hizo toda la carrera eclesiástica en su pueblo, ya 
que solía haber una especie de seminarios parroquiales, o bien cursó lo que 
llamaríamos hoy teología en la ciudad episcopal de Nájera. Lo cierto es que don 
Sancho, obispo de esta ciudad, se decidió a conferir a Domingo el presbiterado 
cuando apenas contaba con veintiseis años, edad a la que los otros clérigos 
recibían solamente el diaconado.
Claustro románico del Monasterio de Silos.


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