Cuando la familia Polo manifestó el deseo de partir,
Kublai Kan no se opuso, aunque les confió todavía una última misión: escoltar
hasta Persia, en un trayecto por vía marítima, a una princesa china que iba a
casarse con un kan persa. En el año 1295 los Polo llegaron a Italia, donde
fueron recibidos con tantas muestras de interés como de incredulidad, por lo
que se vieron obligados a exponer sus riquezas para que la gente creyera sus
historias.
Más adelante, en el transcurso de una batalla naval entre
las flotas de Génova y Venecia, Marco Polo, capitán de una galera veneciana,
fue capturado por los genoveses. Durante los tres años que permaneció
prisionero dictó el relato de su viaje a un compañero, escritor de profesión.
El material se recopiló bajo el título de El descubrimiento del mundo, también
conocido como El millón o Libro de las maravillas del mundo. Estas narraciones
constituyen el primer testimonio fidedigno del modo de vida de la civilización
china, de sus mitos y sus riquezas, así como de las costumbres de sus países
vecinos: Siam (Tailandia), Japón, Java, Cochinchina (que corresponde a una
parte de Vietnam), Ceilán (hoy Sri Lanka), Tíbet, India y Birmania. Seguir
No hay comentarios:
Publicar un comentario