El origen del popular mito de que la cigüeña es la que trae a los bebés se encuentra en el carácter de la propia cigüeña. Al parecer, el animal elegido para protagonizar esta peculiar fantasía fue la cigüeña porque es el animal que cuida a sus crías con más empeño y dedicación de lo habitual. Es un ave que prepara el nido desde mucho tiempo antes de nacer sus polluelos, después, los cuida y protege con gran esmero. Son además animales monógamos, no cambian de pareja y después de emigrar siempre regresan al mismo nido. También influye que la cigüeña sea un animal blanco, color que representa la pureza, que sea grande y con el pico largo, la hace idónea para transportar bebés mientras vuela.
Fueron varias las culturas que se fascinaron con la forma y el comportamiento de la cigüeña, y es difícil saber dónde estuvo el origen del mito del transporte aéreo de los bebés humanos. Los antiguos egipcios consideraban que la cigüeña representaba el alma, mientras que los griegos y los romanos, fascinados también por la conducta de la cigüeña, la veían como un pájaro modelo de devoción paterna considerándola protectora de los partos y de los recién nacidos. Una antigua leyenda china decía que las cigüeñas llevaban al cielo las almas de los fallecidos, lo cual sería un antecedente de la fábula de los bebés, ya que en ambos casos las cigüeñas transportan seres humanos entre el cielo y la tierra, tanto en el origen como en el final de la vida. Los pueblos germánicos consideraban a la cigüeña como animal sagrado, ya que pensaban que era un ave enviada por los dioses.
En el siglo XIX, el escritor de cuentos infantiles de origen danés Hans Christian Andersen recogió la leyenda de la cigüeña transportando bebés y popularizó la idea en toda Europa, más tarde se extendió al resto del mundo. Andersen escribió un cuento titulado Las Cigüeñas. Se decía que las cigüeñas encontraban bebés humanos en cuevas y en pantanos, y se responsabilizaban de buscarles padres humanos llevando a los bebés hasta ellos. Para avisar a la cigüeña de que un hogar deseaba tener un bebé, tenían que colocar dulces para la cigüeña en el alféizar de la ventana de ese hogar.
Fuente de la información: Artigoo
¡Qué bonita la descripción detallada de las cigüeñas! Me he sentido niña, así lo vivíamos en nuestra infancia. Cuando yo tenía siete años nació mi hermana pequeña y me quedé con ganas de verla al llegar en la cigüeña. Me entristecí cuando me contaron que los niños no la pueden ver cuando llegan con el bebé. Por eso dormí en casa de mi tía. Es un ave protector, tierno, me atrevo a decir que bien educado. Me gusta más el encanto que encierra la historia de la cigüeña «transportadora » que la de la semillita» que cuentan a nuestros nietos desde muy pequeños. El cuento es semejante al de los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez, lleno de ternura en sí mismo. Soy mayor......
ResponderEliminarDesde Leganés, Madrid.
Mari Ángeles
Si decir, pero muy en secreto, que Mari Ángeles durante muchos años de su vida ha ejercido de "comadrona" ahora llamadas "matronas" con cuantas cigüeñas no habrá tenido que despachar para hacer llegar el bebé en buenas condiciones a cada destino... ¡ Cuántas alegrías no habrás dado a tantas madres y padres !
ResponderEliminarJosé Cortés
José, Felicidades y Gracias.! Preciosos diseños. Me han encantado.
ResponderEliminarGracias a ti Txaro por visitar este pequeño rincón del mundo.
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