Las
lenguas participan de la belleza del mundo, ya que cada una de ellas enriquece
lo que denomina. No son sólo herramientas de comunicación sino también
portadoras de valores y de identidades. La diversidad lingüística da amplitud
al espíritu y permite construir entre las culturas y las religiones un diálogo
fundado en un auténtico entendimiento mutuo.
El
Día Mundial de la Lengua Árabe es la oportunidad de celebrar el idioma de 22 Estados
Miembros de la UNESCO, hablado por 422 millones de personas en el mundo árabe y
utilizado por más de 1.500 millones de musulmanes.
Celebrar
la lengua árabe es destacar igualmente la enorme contribución de sus
escritores, científicos y artistas a la cultura universal. Fueron autores de
lengua árabe quienes hicieron posible que el saber griego se vertiera al latín
del occidente medieval, tejiendo para siempre lazos indisolubles entre las
culturas a través del tiempo. Las obras de Averroes, Ibn Jaldún o Naguib
Mahfuz se cuentan entre las más profundas del espíritu humano y es en árabe
como transmiten toda su fuerza. Ese amor y esa fascinación por el idioma,
expresados por ejemplo en la caligrafía y la poesía, tan caras a la cultura árabe,
son el crisol en el que se forjan las más grandes civilizaciones.
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