Su nombre de pila fue Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro
María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos
los Santos. Su lugar y año de
nacimiento, Brazatortas, Ciudad Real, 2 de octubre de 1930.
Su infancia la pasó en Córdoba y allí escribió sus primeras obras,
dando a los catorce años una conferencia en el Círculo de la Amistad.
Lector precoz de Rainer
Maria Rilke, Garcilaso, San Juan de la Cruz y otros autores, estudió desde la temprana
edad de 15 años la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla y, como alumno libre, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Madrid, obteniendo
licenciaturas en todas ellas.
Al acabar sus estudios universitarios, inició la preparación de
oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado, abandonándolo en un gesto que él
recuerda como de rebeldía ante las presiones de su padre, para ingresar después
en los Cartujos. Pero la rígida
disciplina monástica no estaba hecha para él, y, como cuenta en su
autobiografía, Ahora hablaré de
mí (2000), fue expulsado de la
orden.
Se mudó entonces a Portugal, donde llevó una vida bohemia.
En 1959 comenzó a impartir clases de Filosofía e
Historia del Arte y recibió un accésit del Premio Adonáis de poesía por su obra Enemigo íntimo, empezando una exitosa
carrera teatral y periodística, que le posibilitó desde 1963 vivir sólo de la
escritura.
A mediados de 1962 se marchó a Italia, instalándose en Florencia, donde permaneció casi un año. En
este tiempo publicó en la revista mensual Cuadernos hispanoamericanos poemas de su libro La deshora.
A principios de la década de los setenta, una grave enfermedad lo
llevó al borde de la muerte y durante la convalecencia empezó a utilizar su
complemento más característico: el bastón, objeto del que ha reunido ya una gran
colección.
Se hicieron célebres sus artículos de prensa publicados en el
suplemento dominical de El País:
«Charlas con Troylo», «A los herederos», «A quien conmigo va», etcétera; todos
estos artículos han sido después recopilados en libros.
Convertido ya en un personaje altamente popular de la literatura
española, comenzó a escribir novelas en los años noventa, iniciándose con El manuscrito carmesí, que ganó
el Premio Planeta en 1990.
Actualmente, su colaboración en prensa se reduce a artículos de
opinión breves, publicados con el nombre de troneras, en el periódico El
Mundo. El ritmo de creación y publicación de otras obras suyas ha descendido
recientemente, y en varias ocasiones ha dado a entender que El pedestal de las estatuas puede ser su última novela.
En su labor destaca también la faceta de mecenas: creó la Fundación Antonio Gala para Creadores Jóvenes, dedicada a apoyar y
becar la labor de artistas jóvenes.
El 14 de diciembre de 2011, Antonio recibió el Premio Quijote de Honor
2011 a toda una vida, que concede la Asociación Colegial de Escritores de España
(ACE).
Quintaesencia, de Antonio Gala, su último libro.
Aproximación
minuciosa al universo de Gala, Quintaesencia recoge
la idea de que "el dolor es el modo de besar que Dios tiene"; sobre el
sexo, "no es sólo biología, es también biografía"; sobre la religión,
"en general, se basa o procede de un mismo principio: la necesidad de
sobrevivir a la muerte"; y sobre la felicidad, "no consiste en ser
fuerte, sino en saber cuáles son nuestras fuerzas y, sobre todo, nuestras
debilidades".
Quiero reconocer que has dado en el clavo con los sellos dedicados a mi muy admirado Antonio Gala, a la copla, (de la cual soy un fiel seguidor) tan actual hoy como antes, gracias a los nuevos valores de esta joven cantera, a Verdi, gran compositor de un lirismo y harmonía impresionante y ¿Como no? A los cantos gregorianos representados por sus máximos exponentes "Los Monjes de Silos"
ResponderEliminar(no los escucho a diario, para no saturarme). Gracias José, por reconocer el arte que lo es de verdad. Un abrazo