El
canto de la Golondrina Común no puede reproducirse,
pero sí decir que se trata de un gorjeo sostenido, muy agradable y realmente
musical. Los floreos son frecuentes y se la puede escuchar cantando en vuelo ya
desde el momento en que llega en marzo a Iberia. Durante la reproducción y aun
después, canta posada en los cables del tendido eléctrico y muy a menudo lo hace
a la vista del nido incluso dentro de establos, cuadras y cobertizos. En las
agrupaciones de golondrinas que inician la emigración otoñal, el gorjeo es
intenso y el griterío ensordecedor. Si está alarmada el tono mesurado de su voz
se vuelve alto y estridente un ¡¡tisuí!! repetido y acompañado de rápidos vuelos
sobre la cabeza del intruso. Ocasionalmente canta desde el suelo, probablemente
cuando el celo es más intenso y mientras recogen material para el nido. A partir
de los primeros días de abril y hasta finales de julio el canto es intenso, pero
se hace intermitente en agosto y septiembre.
La
migración primaveral resulta extraordinariamente notoria en todas partes. Las
primeras llegadas se producen en el sur de Iberia en el mes de febrero. Muchas
ya se ven en días claros atravesar el Estrecho de Gibraltar volando a no mucha
altura. El mayor contingente comienza a verse en marzo. Normalmente un buen
contingente costea antes de penetrar en tierra firme donde siguen las líneas de
los valles. Abril, en especial los primeros 15 días del mes, da el mayor número
de golondrinas en paso. Alimentándose de plancton aéreo, los viajes diurnos
suelen ser largos y un promedio de 100-200 Km cada día de progreso hacia el
Norte se puede estimar con poco error. Con vientos fuertes pasan a baja altura.
En Guipúzcoa donde la observación es fácil en abril y primeros días de mayo, son
muchos millares de golondrinas las que costean o vuelan muy bajas con tiempos
del Sur, algunas a ras de la hierba, al extremo de que no es difícil realizar su
captura. Este mismo hecho se produce en gran parte de la Península, pues la
penetración por el Sur se realiza en un frente amplio que abarca toda la costa
sin que la travesía de brazos de mar sea obstáculo para este poderoso volador.
El paso de golondrinas es muy notorio y denso a lo largo del litoral
Cantábrico.
Las grandes oscilaciones que se observan en las poblaciones de
golondrinas en toda Europa ya han sido parcialmente comentadas. Causas
principales pueden tener un origen natural como los fuertes vientos que en
determinados lugares del Sahara Occidental provocan verdaderas hecatombes como
atestiguan muchos de los soldados españoles que patrullaron el desierto.
Millares de estas aves se intentan refugiar en pequeños oasis o son arrastradas
mar afuera por el Siroco. Posiblemente en uno de estos embates se pierden
poblaciones enteras de una zona que presumiblemente viajan juntas. No menos
influencia pueden tener en los países del Africa Tropical los tratamientos
masivos desde avionetas con insecticidas que intentan sanear extensas charcas y
carrizales en los que millones de golondrinas tienen sus posaderos y dormideros.
La llegada prematura de fríos en Europa es otra causa que ocasiona enormes
pérdidas cuando estas repentinas situaciones meteorológicas se presentan. El
índice de mortandad es consecuentemente muy alto y pocas golondrinas superan los
5 años de edad. La mayoría de las que llegan a criar, viven 3 años como
promedio. Hay, sin embargo, casos comprobados por el anillamiento de varias que
han sobrepasado los 6-8 años y excepcionalmente algunas llegan hasta los 10
años.
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