Crear una biblioteca fue idea del Rey Felipe V en
1711, quien pretendió cultivar las mentes de sus súbtidos a través de los textos
españoles. El primer monarca español de la dinastía de los Borbones que ocupó el
trono se encargó de que, la que después tomaría el nombre de Biblioteca Nacional de España, tuviera un ejemplar de
todos los libros que se imprimieran en el país.
La entonces llamada Biblioteca Real se abrió al público con 8.000 vólúmenes,
traídos por citado monarca desde bibliotecas de Fancia e Inglaterra. La primera
sede de la Biblioteca fue un pasadizo entre el Alcázar y el convento de la
Encarnación aunque después de la guerra de la Independencia sufrió varios
cambios hasta que logró asentarse definitivamente
La Biblioteca Nacional de España se volcó en el pueblo después de cumplir un
siglo de vida, cuando María Cristina cogió el trono y la Biblioteca pasó a ser
propietaria del Gobierno.
Muchos de los ejemplares que conserva fueron
comprados o donados. Una extensa lista de libros, dibujos, manuscritos, mapas o
grabados... suman la riqueza cultural que ofrece la Biblioteca Nacional de España.
Finalmente, el edificio de la Biblioteca Nacional de España se construyó al compás del Palacio de Museos
y el Archivo gracias al arquitecto Francisco Jareño Alarcón y el empeño de la
Reina en 1886 de ubicar definitivamente la Biblioteca oficial del país.
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