España disputó su primer partido de "balonmano siete" el 15 de abril de 1953. Fue un encuentro amistoso que se
disputó en Madrid frente a la Selección
de Suecia. Vencieron los suecos por 12-23. Años antes, sin embargo, ya se había
formado una selección española de "balonmano once".
La española fue una selección de segundo orden hasta finales de
los años 1970. La consecución del
Mundial B de 1979 fue el primer gran punto de inflexión, que
situó a España en la "primera división" del concierto balonmanístico
internacional. En los años 1980 ya no sólo logró clasificarse para todas las
grandes competiciones, sino que empezó a luchar por entrar en semifinales.
A mediados de los años
1990, se vivió uno de los mejores momentos del balonmano español cuando se
ganaron las primeras medallas en las grandes competiciones internacionales, pero
el bienio 2005-2006 es sin duda hasta la fecha, el período que más alegrías y
satisfacciones ha reportado al balonmano español.
En 2005 se celebró en Túnez, el Campeonato Mundial de Balonmano. El conjunto
español acudió a la cita mundialista de la mano del seleccionador nacional Juan Carlos Pastor, que había relevado en el
cargo a César Argilés a finales de 2004.
En la primera fase de esta competición, España quedó encuadrada en
el Grupo C, junto a las selecciones de
Croacia, Suecia, Argentina, Japón y Australia. El equipo español mostró un
excelente juego y, a excepción de una ajustada derrota ante la selección con la
que se encontraría en la final, la selección croata (31-33), ganó todos sus
partidos. En la segunda fase, a la que pasaron 12 selecciones, se organizaron
dos grupos y España quedó encuadrada en el Grupo 2, junto a las selecciones de
Alemania, Suecia, Serbia y Montenegro, Croacia y Noruega.
Superadas las dos fases de grupos, España pasa a las semifinales
de la competición, enfrentándose a la selección anfitriona de Túneza la que derrota 33-30 y pasa a su
primera final de la historia en la competición.
El 6 de febrero de 2005, España se proclama finalmente
Campeona del Mundo ante Croacia por 40-34, en la final disputada en
el Pabellón Polideportivo de Radés, (Túnez).
El 27 de enero de 2013, España vuelve a proclamarse Campeona
del Mundo ante Dinamarca por un aplastante 35-19 (Este resultado se
convierte en la victoria más amplia en una final de balonmano masculino), final disputada en el Palau Sant
Jordi (Barcelona).
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