En este evangelio aparecen tres personas: el padre y sus dos hijos.
Pero detrás de las personas hay dos proyectos de vida bastante diversos. Ambos
hijos viven en paz, son agricultores muy ricos; por tanto, tienen con qué vivir,
venden bien sus productos, su vida parece buena.
Y, sin embargo, el hijo más joven siente poco a poco que esta vida es
aburrida, que no le satisface. Piensa que no puede vivir así toda la vida:
levantarse cada día, no sé, quizá a las 6; después, según las tradiciones de
Israel, una oración, una lectura de la sagrada Biblia; luego, el trabajo y, al
final, otra vez una oración. Así, día tras día; él piensa: no, la vida es algo
más, debo encontrar otra vida, en la que sea realmente libre, en la que pueda
hacer todo lo que me agrada; una vida libre de esta disciplina y de estas normas
de los mandamientos de Dios, de las órdenes de mi padre; quisiera estar solo y
que mi vida sea totalmente mía, con todos sus placeres. En cambio, ahora es
solamente trabajo......
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