La
Orden agustiniana puede ser presentada de muy diversas maneras. Se puede hablar
de su carácter peculiar, de su historia, de su misión, de su carisma. Pero ante
todo y sobre todo la Orden está formada por hombres y mujeres, que, dicho con
palabras de la Regla que profesamos, «viven juntos en concordia, teniendo un
solo corazón y una sola alma hacia Dios». Somos cristianos que, cautivados por
el ejemplo y la doctrina de San Agustín, caminamos juntos, al tiempo que
construimos nuestra propia casa y servimos al Pueblo de Dios.
Así
es el nuevo prior de los Agustinos
Alejandro Moral, OSA: "Evangelio hoy
tiene que significar justicia y paz”
(Agustín Alcalde, OSA).‐ El
Capítulo General de la Orden de San Agustín reunido en Roma ha elegido al P.
Alejandro Moral, de 58 años, como nuevo Prior General de los Agustinos.
Sucede en el cargo al norteamericano Robert Prevost.
Alejandro Moral Antón
nació en La Vid (Burgos) España. Estudió en el Colegio‐Seminario San Agustín
de Palencia e hizo su Noviciado en el monasterio agustiniano de Santa María
de la Vid (Burgos), en 1973 profesaba de votos simples. Realizó sus estudios
para el sacerdocio en el Seminario Mayor Agustiniano Tagaste (Los Negrales).
En 1978 fue enviado al Colegio Internacional Santa Mónica, de Roma, y allí
completó los estudios teológicos. En 1981 fue ordenado sacerdote en
el Colegio San Agustín de Madrid.
Es licenciado en Sagrada Escritura por
el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y en Teología Dogmática por la
Pontificia Universidad Gregoriana. Ha sido profesor, formador de 1991 a 1995
y Consejero Provincial en esos mismos años. Fue elegido Prior Provincial de
la Provincia Agustiniana de España en 1995, siendo reelegido para un segundo
mandato en 1999.
El Capítulo General, celebrado en Roma en 2001, eligió al P.
Alejandro para el cargo de Vicario General de la Orden y el Capítulo de 2007
para el de Asistente General, cargo que desempeñaba en la actualidad, así
como el de Procurador General, desde el año 2004. También era encargado de
Justicia y Paz de la Orden.
Ha
cumplido sus primeros cien años. Es el único edificio español de estilo
neobizantino, tiene «campanille» gótico y se construyó por el amor y la
religiosidad de un matrimonio de origen italiano y humilde; pero nacidos, ambos,
en Barcelona durante el primer cuarto del siglo XIX. «El que te quiere te espera. ¿Pasas?»,
reza en un cartel de su entrada principal. Pasamos. Su luz y sus colores
provocan alegría, pero también paz interior. Mucha emoción. Estamos en la
iglesia de San Manuel y San Benito, en el corazón de Madrid, a pocos metros del
Parque del Retiro y de la Puerta de Alcalá.
En
la manzana que forman las calles de Alcalá, Lagasca y Columela se alza uno de
los templos más bonitos y vistosos de la ciudad. Por dentro y por fuera. Lo dice
todo el mundo. No en balde, es una de las iglesias madrileñas más demandada para
bodas y bautizos. Ayuda mucho su peculiar historia, su centenario y ese
magnífico órgano que luce a lo alto, en el coro, protagonista de numerosos
conciertos internacionales.
Vidrieras y esculturas
La primera piedra se colocó el 4 de mayo de 1903. Las obras acabaron en 1910.
Abrió en enero de 1911. Benita murió sin ver acabada la
iglesia pero se cumplió el
deseo: el matrimonio está aquí enterrado y de ello dan fe dos lápidas en la
pared de uno de los altares, con los retratos, en mármol, de ambos. Los féretros
se trasladaron desde el cementerio de La Almudena, donde habían sido sepultados.
También cuentan que, en origen, el templo, construido por el arquitecto Fernando
Arbós y Tremanti, se llamó iglesia del Salvador. Luego, se cambió por San Manuel
y San Benito, en honor al matrimonio.
La
iglesia es muy bella. El exterior se presenta de mármol blanco. Sustenta una
airosa cúpula forrada de cobre rojo y decorada con arquerías ojivales ciegas. La
cúpula, preciosa, reposa sobre pechinas con mosaicos que representan los
símbolos de los evangelistas. La rodean 16 cristaleras por las que se cuela una
intensa luz. Como si fuera el arcoíris. Hay esculturas de Ángel García Díaz y
mármol blanco en el altar mayor. Vemos la figura de El Salvador (2,5 metros) y
las de San Agustín y San José. En su propia capilla y bajo templete, Santa Rita,
religiosa agustiniana.
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