La malva es una planta perenne herbácea o algo leñosa en la base, de hasta
2 metros de altura. Generalmente posee hábito erecto, con ramificaciones.
El tallo puede ser glabrescente a pubescente.
Las hojas son palmatífidas, alternas y
pecioladas.
Florece en primavera hasta mediados de verano,
produciendo inflorescencias en forma de racimo de cimas helicoidales; las flores, hermafroditas miden entre 2 y 6 cm de diámetro, con pétalos purpúreos o rosa, con venas más oscuras.
El perianto es pentámero, con calículo de 3 piezas
soldadas en su base. Las flores se cierran al anochecer y cuando hace mal tiempo
para proteger el polen. La polinización es esencialmente entomógama, aunque son
capaces de autopolinizarse.
El fruto es una cápsula (esquizocarpo) formada por varios mericarpos, de forma ariñonada, de color
pardo y con costillas laterales sinuadas en abanico radial.
Es muy abundante en terrenos baldíos, huertos, cultivos, márgenes de
caminos, escombreras y jardines cuando están descuidados. Europa es su lugar de
origen, y se encuentra en Asia occidental y Norte de África.
Se ha introducido en Centroamérica y Norteamérica,
donde está considerada como planta
invasora.
Existe una industria farmacológica alrededor de la
malva, pues se conocen en esta planta principios activos de cierta importancia
como la arabinosa, la ramnosa y pequeñas cantidades de taninos.
Suelen utilizarse, en la medicina popular, las
hojas,tallo y flores como emoliente para ser aplicada en enemas y furúnculos, y en forma de tisana contra la
toz.
Con las hojas de la malva se hace un té que sirve
para aliviar la fiebre; se toman de dos a tres tazas al día.
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