Aunque
la patrona de Calpe es la Virgen de las Nieves, la festividad del Santísimo
Cristo del Sudor se viene celebrando con gran solemnidad desde que -según cuenta
la tradición- el 13 de marzo de 1682 la imagen del Cristo crucificado, regalo
del entonces Arzobispo de Valencia San Juan de Ribera, comenzó a sudar y a
derramar lágrimas ante la mirada atónita de los vecinos de la villa, hecho
milagroso que les llevó a “adoptar” al Cristo como su patrón.
La
festividad se venía celebrando el segundo viernes de marzo hasta mediados del
siglo pasado, en que esta fecha fue sustituida por la del 22 de octubre, rememorando
los hechos acaecidos en 1744 cuando, según cuenta la leyenda, estando
los hombres de Calpe ocupados trabajando en el campo o en el mar, un
joven llamado Jerónimo Ferrer ante el inminente ataque de corsarios
berberiscos, consiguió
cerrar él solo las puertas de las murallas, protegiendo así a la población.
De nuevo se atribuyó la hazaña a un milagro del Santísimo Cristo del Sudor,
que en momentos tan difíciles había puesto al joven en el momento y el lugar
oportunos para ayudar a sus hijos.
En
torno al día del Patrón se concentran las tradicionales celebraciones
religiosas, como la escenificación del Miracle,
la Ofrenda de Cirios al
Santísimo Cristo del Sudor en la Iglesia
Parroquial de Nuestra Señora de las Nieves, la
Misa de Campaña y la Solemne Procesión religiosa.
Recientemente se han incorporado los desfiles y demás festejos
de Moros y Cristianos, que con sus comparsas o “filaes”, -Mascarats,
Moriscos, Tuaregs, Berberiscos, Califach y Almorávides en el bando Moro y Marins
Corsaris, Templaris,
Cruzados, Almogávares, Contrabandistas y Mozárabes en el Cristiano- aportan el
toque colorista y desenfadado a la fiesta. Destacan por su belleza y
singularidad la batalla y el desembarco moro que se escenifican en la playa del
Arenal, el desfile de gala o los espectaculares castillos de fuegos artificiales
que también se disparan en la playa.
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