Templo romano de Córdoba
Templo romano, que fue descubierto en
los años cincuenta del siglo XX durante la ampliación del ayuntamiento. Se encuentra situado en el ángulo formado
por las calles Claudio Marcelo y Capitulares. No es el único templo que tuvo la
ciudad, pero sí fue posiblemente el más importante de todos, así como el único
conocido por excavación arqueológica. Es un templo pseudoperíptero, hexástilo y
de orden corintio de 32 metros de largo por 16 de ancho.
Su construcción se comenzó durante el reinado del emperador Claudio (41-54 d.C.) y se terminó unos cuarenta años
después, durante el reinado del emperador Domiciano (81-96 d.C.). Se
supone que estaba dedicado al culto imperial. Sufrió algunas
modificaciones en el siglo II, reformas
que parecen coincidir con el cambio de ubicación del foro colonial.
En la zona ya habían sido encontrados elementos arquitectónicos,
tales como tambores de columnas, capiteles, etc. todo ello de mármol, por lo que
la zona era conocida como los
marmolejos. Esta zona de Córdoba pudo constituirse entre el siglo I y el
siglo II, como el foro provincial de la Colonia Patricia, título que recibió la
ciudad durante la dominación romana.
Cristo de los Faroles
El Cristo
de los Desagravios y Misericordia, conocido popularmente como el Cristo de los Faroles, fue realizado
por el escultor Juan Navarro León en el año 1794, siendo su promotor el capuchino
franciscano, Fray
Diego José de Cádiz.
Enclavado en uno de los lugares más tradicionales
de Córdoba, la Plaza de los Capuchinos, el Cristo de los
Faroles se encuentra iluminado por ocho faroles que le rodean y le dan su nombre
popular.
La actual fisonomía del Cristo de los Faroles tiene
su origen en las verjas que se levantaron en los años 20 del siglo XX siendo sus faroles sustituidos
por otros más hoscos en el año 1984.
Antiguamente, la Plaza de Capuchinos pertenecía al
patio del Convento del Santo Ángel (Capuchinos), donándolo dicha congregación a la ciudad, entre otras cosas, por ser
lugar de tránsito entre dos barrios muy populares de Córdoba. Mantiene dicha
plaza su empedrado original y es el lugar de culto predilecto de Córdoba, ya que
amén del Cristo de los Faroles, existen cuatro tallas importantísimas que se
procesionan en la Semana Santa. Estas tallas pertenecen a la Hermandad de la Paz y
Esperanza y a la
hermandad de los Dolores. De hecho la Hermandad de los Dolores, su Cristo de la
Clemencia (Amadeo Ruiz Olmos) procesiona
con mucha similitud al Cristo de los Faroles.
El Cristo de los Faroles ha sido objeto de
innumerables canciones o coplas, entre ellas, la más famosa, del mismo nombre,
interpretada por Antonio Molina y que fue base para El Cristo de los Faroles
(Película). En el año 2005 se estrenó una marcha
procesional realizada por Miguel Angel Font (Sevilla), y regalada a los hermanos costaleros del
Cristo de la Humildad y Paciencia de la hermandad de la Paz.
Dos son los momentos clave para ver este monumento y
su plaza en todo su esplendor: el Viernes de
Dolores (todo el
día) y el Miércoles y Viernes
Santo.
Iglesia de Sta. Marina de Aguas Santas
De
las iglesias de la Reconquista, ésta de Santa Marina puede ser quizás la
más medieval de todas. Situada en pleno corazón del barrio que lleva el mismo
nombre que la iglesia, y que es popularmente conocido como el Barrio
de los Toreros -ya que delante de Santa Marina se alza el monumento al torero Manolete-
es una de las más antiguas
de Córdoba y sus orígenes se suponen alrededor del siglo VII, siendo
reedificada después de la Reconquista.
Posteriormente,
se llevaron
a cabo varias reformas, destacando la de 1751-56; la última se finalizó
en 1998, recuperándose el primitivo estilo y sus elementos de decoración. La
iglesia ofrece un aspecto de fortaleza, debido a los cuatro contrafuertes de
su fachada, con portadas abocinadas y adornadas con nervaduras que sostienen
medias columnas coronadas con capiteles románicos. La
planta
es igual al de otras iglesias del momento, es decir, rectangular y con
tres naves, con la central más alta que las laterales. El interior destaca por
su austeridad, llamando la atención la capilla de los Orozco, con bella portada
de yesería mudéjar del siglo XV; en ella están enterrados los famosos
comendadores de Calatrava, que inspiraron a Lope de Vega en su obra "Los
comendadores de Córdoba". No desmerecen
tampoco el retablo con pinturas de Antonio del Castillo y una magnífica escultura del cordobés Gómez
de Sandoval,
la Virgen de la Luz.
En
el archivo se guardan libros de los siglos XV-XVI. El
ábside de la nave es octogonal, con capiteles de hojas románicas, y el del
Evangelio fue reconstruido a finales del siglo XVI; el ábside central tiene forma
de medio dodecágono. El exterior consta de tres portadas con arcos de
suave punta y un bello rosetón en el frontis. La torre, ejecutada por Hernán
Ruiz II, fue construida en tiempos del obispo Leopoldo de Austria.
Comentario de Artehistoria.
Desde este video podemos escuchar, Córdoba, por Medina Azahara
planta es igual al de otras iglesias del momento, es decir, rectangular y con tres naves, con la central más alta que las laterales. El interior destaca por su austeridad, llamando la atención la capilla de los Orozco, con bella portada de yesería mudéjar del siglo XV; en ella están enterrados los famosos comendadores de Calatrava, que inspiraron a Lope de Vega en su obra "Los comendadores de Córdoba". No desmerecen tampoco el retablo con pinturas de Antonio del Castillo y una magnífica escultura del cordobés Gómez de Sandoval, la Virgen de la Luz.
Desde este video podemos escuchar, Córdoba, por Medina Azahara
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