No hay registros oficiales de que Miguel de Cervantes
Saavedra estuviese preso en esta cueva, ni se conserva una carta que desde la
propia cueva-cárcel de Argamasilla de Alba escribiera a su tío Bernabé
Saavedra, natural y vecino de Alcázar de San Juan, para que intercediese por
él, como también la tradición dice haber leído, y perdido en algún traslado de
documentos. Esta tradición ha hecho que por Argamasilla de Alba hayan pasado
multitud de personas, de toda índole, para visitar esta cueva-cárcel y conocer
la idiosincrasia propia de la Mancha, y también la de
aquellos Académicos de la Argamasilla, que quiso Cervantes que
apareciesen al final de la primera parte del Quijote, y cuyos nombres, o
motes como conocemos por esta Mancha nuestra a los sobrenombres, han pasado a
la historia de la literatura. Estos eran “Los Académicos de la
Argamasilla: El Monicongo, El Paniaguado, El Caprichoso, El Burlador, El
Cachidiablo y El Tiquitoc”. Seguir
AGRADECIMIENTO
Se agradece infinitamente a todos los autores de las imágenes empleadas para elaborar estos singulares sellos de ficción porque, sin ellas no hubiese sido posible. Por la complejidad de su elaboración en muchos casos resulta imposible hacer referencia de los mismos. sellosficcion@gmail.com
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miércoles, diciembre 14, 2016
Argamasilla de Alba, municipio cervantino.
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