La mariposa Topacio (Thecla
betulae) fue observada por última vez en 1853, cuando Mariano de la Paz
Graells, entonces director del Museo de Ciencias Naturales de España dio constancia de
ello.
Después de 160 años
Ahora ha sido de nuevo vista 160 años
después. Los autores del libro Mariposas
diurnas de la Comunidad de Madrid, Juan Carlos Vicente y Antonio García,
que ha sido presentado en la Casa Encendida de Madrid, el pasado 17 de junio de
2009, han sido los encargados de dar a conocer este dato significativo para la
diversidad entomológica de la comunidad, pues se estimaba que esta especie
estaba extinta.
Pequeña y poco
llamativa
Este insecto propio de la Península
Ibérica, a pesar de usar los abedules como refugio, se alimenta de los endrinos.
Debido a su pequeño tamaño y a la pigmentación que presenta, color pardo y
anaranjado, la hace de difícil visualización por lo poco llamativo de su
colorido.
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