Las mariposas pertenecen al orden de las
lepidópteras, al igual que las polillas. Todas las
mariposas tienen alas membranosas cubiertas de escamas y la mayoría de los
adultos se caracterizan por: presencia de ojos
compuestos bien desarrollados (grandes), piezas
bucales consistentes en un tubo chupador largo enrollado en espiral,
y antenas prominentes.
Las antenas de las mariposas cumplen diversas funciones, como las
de servirles de balancín mientras vuelan. En ellas están combinados los sentidos
del olfato y el tacto ya que cada antena está recubierta de hoyuelos, en los que
se aprecian cerdas o pelillos, que son precisamente los receptores de los
sentidos.
Las mariposas se dividen en diurnas y
nocturnas. Para reconocerlas se deben mirar sus antenas. Las diurnas las llevan
terminadas en una masa (son en forma de antena con una protuberancia al final)
en cambio, las nocturnas presentan antenas de diferentes formas pero nunca
antenas con la maza o protuberancia en la punta.
También para reposar colocan sus alas en
posiciones diferentes. Las mariposas que vuelan de día reposan en la noche con
sus alas en forma vertical, y las nocturnas en reposo presentan sus alas en
forma horizontal y en forma de techo.
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