La ermita de Nuestra Señora de la Hoz parece que está
tallada en la misma concha de piedra que la cobija. El edificio es también de
toba, organizada al gusto de los arquitectos góticos. En el medievo esta
iglesia balconada sirvió además de hospedería a los peregrinos que iban a
Santiago. En la Edad Media, muchos peregrinos descendían el Portillo de Busto,
buscando el camino principal a Santiago de Compostela. Algunos hacían noche en
la iglesia de Nuestra Señora de la Hoz.
En el interior de este pequeño templo está la imagen del
Santo Cristo auxiliador, visible desde la calle a través de un arco enrejado.
El crucifijo tiene la muda de una gran culebra a sus pies.
"Cuenta una leyenda que por este camino romano
pasaba un día un correo de la reina castellana, al que le salió una serpiente
gigante al cruzar el puente de Tobera. El caballo se encabritó y se desbocó con
el jinete a lomos. Pero el mensajero se encomendó al Santo Cristo de los
Remedios y milagrosamente salió ileso del fatal accidente. Por ese motivo mandó
construir junto al puente una pequeña ermita. Seguir
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