Las bodas de Caná es el título con el que se suele
identificar un relato que tiene lugar al final de la primera semana del
ministerio de Jesucristo en el Evangelio de Juan 2:1-11. Este pasaje describe
el primer signo realizado por Jesús, el cual tuvo por marco una boda en Caná de
Galilea a la que también asistían su madre y sus discípulos.
En un momento dado faltó vino, por lo que María dijo a
los sirvientes que hicieran lo que Jesús dijera.
Éste dispuso que se llenaran de agua seis tinajas de
piedra destinadas a purificaciones, pero al revisar el contenido, el agua se
había transformado en un vino de gran calidad.
Para Juan el evangelista, esa fue la primera de las
señales realizadas por Jesús.
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