Encarnación Hurtado nace en Utrera (Sevilla), en el año
1964. La figura de su padre, el también escultor Pedro Hurtado, fue decisiva en
su autodidacta vocación de artista.
El polifacético y riguroso magisterio paterno le
proporcionó la base práctica y la inquietud teórica necesaria para manejar
dichos recursos con una destreza innata. Ello le permitió, desde muy temprana
edad, trabajar materiales como el barro o la madera, así como aplicar las
técnicas de policromía.
A medida que amplía sus dotes prácticas, se inicia en su
interior un deseo de profundo conocimiento por la Historia del Arte, lo cual le
conduce a la pasión que hoy en día sigue alimentando por los movimientos
clásicos y barrocos.
La escultora adquiere importantes conocimientos sobre los
volúmenes, la anatomía y las proporciones, y profundiza su estudio en los
maestros de la Escuela Sevillana, sus referentes más directos: Juan Martínez
Montañés, Juan de Mesa, Pedro Roldán, su hija Luisa Roldán, etcétera.
También muestra gran interés por el arte de los
escultores granadinos Pedro de Mena, José Risueño y Torcuato Ruiz del Peral, y
castellanos, caso de Jerónimo Hernández o Francisco del Rincón. Seguir
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