Con motivo de 87 cumpleaños de Gabriel García Márquez, elaboramos dos Sellos Ficción para festejar el nacimiento en 1927 de este gran maestro colombiano de la literatura. También traemos a esta celebración uno de sus cuentos recogidos en la edición de "Doce cuentos peregrinos" " BUEN VIAJE SEÑOR PRESIDENTE.
BUEN VIAJE, SEÑOR PRESIDENTE.
Llevaba el vestido azul oscuro con rayas
blancas, el chaleco de brocado y el sombrero duro de los registrados en retiro.
Tenía un bigote altivo de mosquetero, el cabello azulado y abundante con
ondulaciones románticas, las manos de arpista con la sortija de viudo en el
anular izquierdo, y los ojos alegres. A los setenta y tres años seguía siendo
de una elegancia principal. Había vuelto a Ginebra después
de dos guerras mundiales, en busca de una respuesta terminante para un dolor que
los médicos de la Martinica no
lograron identificar. Después de largos días de pruebas y exámenes agotadores
le dijeron que el dolor se hallaba debajo de la cintura, en la unión de dos vértebras.
El presidente debía someterse a una arriesgada e inevitable operación.
Al día siguiente salió a dar una
vuelta y a tomar algo como si no hubiese pasado nada. Intranquilo de que un
hombre pálido y sin afeitar, con una gorra deportiva y una chaqueta de cordero
volteado, le observase, decidió ir a por él. Una vez lo atrapó se puso a
hablar con él y resultó ser, el hombre que lo seguía, el chofer de
ambulancias del mismo hospital donde trataban al presidente. Homero,
el hombre misterioso, le explicó la gran admiración que tenía por él y que
hacía un tiempo que lo seguía y se preocupaba por su estado, pero lo que no le
desveló es que él, Homero,
también trabajaba haciendo arreglos para compañías de seguros y empresas
funerarias y aunque no ganaba mucho le ayudaba a subsistir con su mujer y sus
dos hijos. Después de la charla Homero lo
invitó a comer un día a su casa aunque a su mujer, Lázara
Davis una mulata fina de San
Juan de Puerto Rico, menuda y maciza, y con unos ojos de perra brava que
iban muy bien a su forma de ser, no le hizo mucha gracia cuando se lo contó.
Poco a poco Homero y Lázara se
fueron dando cuenta que la muerte del presidente ya no era tan inminente como al
principio y que por lo tanto no le podían sacar partido a aquella relación.
Después de la comida, que con mucha crispación se celebró, y algún otro
factor que observó Homero,
se dieron cuenta que aparte de que su muerte no fuese tan inmediata tampoco tenían
nada que sacarle al presidente, ya que él pobre no le quedaba ni un mísero
centavo. El presidente después de un tiempo instalado en casa de Homero volvió
a Martinica donde
se dedicó a vivir bien la poca vida que le quedaba, y a tomar de todo, ya que
antes no se podía permitir ese lujo a causa de su enfermedad.
Excelente trabajo. Una observación en el sello pues Gabo nació en 6 de marzo de 1927. Saludos, Bernardo
ResponderEliminarCorregido, muchas gracias por la observación. Saludos.
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