Enclavado en el corazón de la montaña más emblemática de Cataluña y a tan sólo 60 kilómetros de Barcelona, el Santuario de Montserrat surge en medio de un paisaje único y espectacular. La gran devoción existente por la Virgen de Montserrat, unida a la singularidad del entorno y la importancia cultural del monasterio, hacen de Montserrat un lugar diferente.
Y es que Montserrat, además de santuario, es monasterio y montaña. He aquí la característica que distingue a este destino mariano.
El principal destino sagrado de Cataluña ha sido desde siempre un lugar muy reconocido y apreciado por muchos y variados motivos. No en vano, recibe anualmente la visita de más de 2 millones de personas. Diariamente, peregrinos y fieles de todos los rincones acuden a venerar a Nuestra Señora, conocida popularmente como "La Moreneta". A este reconocimiento han contribuído de manera continuada los monjes benedictinos que viven en el monasterio. Ellos son los que cuidan de la Virgen, atienden al peregrino y llevan a cabo la labor de guardar y preservar la cultura y el arte.
Esta diversidad y pluralidad que proyecta Montserrat al exterior hace que las personas que se acercan hasta aquí lo hagan por diferentes motivaciones: por venerar a la Virgen, por disfrutar del paraje natural, por admirar el patrimonio artístico o simplemente por realizar una visita turística. Por esto mismo, Montserrat no sólo es un lugar concebido por y para los peregrinos, sino para todo aquel que se acerque a visitarlo.
El recinto es una verdadera maravilla, una gran sala donde el visitante puede disfrutar de la Basílica, lugar donde se encuentra la Sagrada Imagen, el Parque Natural, el Monasterio, la Escolanía y el museo.
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