AGRADECIMIENTO

Se agradece infinitamente a todos los autores de las imágenes empleadas para elaborar estos singulares sellos de ficción porque, sin ellas no hubiese sido posible. Por la complejidad de su elaboración en muchos casos resulta imposible hacer referencia de los mismos. sellosficcion@gmail.com

SE RECOMIENDA

Se recomienda ver el blog desde ordenador y en pantalla completa F11

viernes, agosto 30, 2013

El Espantapájaros generoso

El Espantapájaros, que había estado muy preocupado pensando cómo podía resolver el asunto, les dijo:
- Amigos míos, mal hacéis en venir a amenazarme, pues nadie más que yo se preocupa por el bienestar de vosotros, y al fin he encontrado una solución, pero antes tenéis que ir donde el ratón y rogarle que venga a hablar conmigo, y yo os prometo que mañana tendréis los granos que necesitáis para vivir felices en mi comarca.
 
Todos se fueron llenos de esperanza y comisionaron a la golondrina para que fuera a hablar con el ratón, con quien tenía amistad por vivir ambos en la casa del hombre, y le dijera que el Espantapájaros tenía un asunto muy importante que comunicarle.
 
El ratón llegó por la noche y el Espantapájaros le dijo:
-Te he llamado porque sólo tú puedes sacarme de un gran apuro en que estoy, y es que el hombre me ha dicho que si permito a los pájaros llevarse algunos granos del sembrado, él me echará al fuego; pero sucede que también los pájaros me amenazan con abandonar esta comarca si no los proporciono qué comer, y el hombre verá entonces que mis servicios son inútiles y también me echará al fuego. Quiero que tú vayas al granero del hombre y en el lugar menos visible, hagas un agujero por donde puedan los pájaros, antes que raye el alba y el hombre se levante, aprovisionarse a sus anchas de todos los granos que necesitan, y a cambio de eso, yo te prometo la amistad más firme y servirte de hoy en adelante en todo lo que tú me solicites, aunque para ello sea necesario cualquier sacrificio de mi parte.
 
Al ratón le parecieron buenas las razones y esa misma noche dejó concluido un agujero en una de las esquinas del granero, donde el hombre no podría notarlo por estar a la sombra de unas zarzas tupidas, y en cambio, de mucha facilidad para que los pájaros entraran y salieran en la madrugada, llevando todo el comestible que necesitaran, quedándoles así el resto del día libre para cantar, pasear y regalarse con sabrosos postres de moras y otras frutas que encontraran al azar en el campo.
 
El día siguiente el Espantapájaros les comunicó la buena nueva a las avecillas, que desde entonces vivieron en esa comarca sin mayores dificultades; el hombre continuó sus labores muy satisfecho de recoger íntegramente sus cosechas; y el Espantapájaros vivió también feliz, enriqueciendo su sabiduría con el canto de los pájaros y la lección de las estrellas.

Fernando Luján

No hay comentarios:

Publicar un comentario