25-29 de junio 2013
El predecesor de todos los juegos de la familia
del ajedrez, es decir, no sólo del ajedrez europeo sino también del xiangqi,
shōgi o el markuk, surgió presumiblemente en la India septentrional como juego
para cuatro. Este ajedrez primitivo se conocería como chaturanga en Persia y
tras la conquista por los árabes continuaría desarrollándose siguiendo las
expansiones islámicas.
Los árabes conquistaron entre los años 632 y
651 el imperio Sasánida. Durante ese tiempo entraron en contacto con el ajedrez.
Por ellos llegó el juego, que sólo por adaptación fonética se llama shatranj, a
su primera época de gran esplendor. Como ajedrecistas de élite se nombra al-Adli
(ca. 800-870), quien compuso el primer manual de ajedrez. Le siguen ar-Razi (ca.
825-860), Mawardi (en 900), as-Suli (880-946) y al-Lajlaj (en 970). Importantes
fuentes literarias les debemos a Firdausi y a al-Mas'udi. Se desarrolló mediante
una rica colección de aperturas (Tabjien) y situaciones finales (Mansuben). Un
elemento clave del shantraj son el planteamiento y la resolución de problemas.
Los árabes contribuyeron decisivamente a su expansión.
¿ Conocemos los jugadores de ajedrez lo que Cervantes dice de
nuestro noble juego? "- Brava
comparación -dijo Sancho-, aunque no tan nueva, que yo no la haya oído muchas y
diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que mientras dura el juego,
cada pieza tiene su particular oficio; y en acabándose el juego, todas se
mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la
vida en la sepultura". (II,12).
Para la buena interpretación de estas líneas, resulta
imprescindible el conocimiento del personaje que las pronuncia.
Sancho Panza, el humilde labrador analfabeto, cuando entra en
la novela es un "hombre de bien - si es que este título se puede dar al que es
pobre-, pero de muy poca sal en la mollera" (I,7), y tardará bastante en
empedrar sus discursos (hasta el final del capítulo 19). Ya no tiene "poca sal
en la mollera" cuando es capaz de contestar a don Quijote de ese modo. El mismo
don Quijote le responde: "- Cada día, Sancho, te vas haciendo menos simple y más
discreto".
He aquí una lección sobrenatural del ajedrez: cada día nos
hace menos simples y más discretos.
Ocurre el diálogo mientras cenan bajo la bóveda del cielo
estrellado en la serena soledad de un bosque de alcornoques y encinas de la
Mancha, región en la que parece que no pasa nada en absoluto: todo transcurre
dentro de una normalidad vulgar, anodina y rutinaria. Por eso las ventas serán
castillos inexpugnables, los molinos de viento serán gigantes, los rebaños de
ovejas, ejércitos, o unas mozas del partido o rameras (que sin perdón así se
llaman) son unas princesas.
Todo un manifiesto simbólico con el ajedrez: las piezas
blancas y negras de nuestro juego se mueven en pos de la resolución, de la luz,
como la apertura y cierre de la conversación reveladora de las dos
personalidades cervantinas envueltos en la oscuridad nocturna animada por las
brillantes piezas celestes.
Cuando surge la comunicación es posible el compartir. Cuando expresamos lo que nos gusta y valoramos lo ajeno, surgen los "milagros".
ResponderEliminarEstos sellos que hoy ilustran el blog, son un regalo para quien hace poco tiempo se puso en contacto con su editor. Para Valencia van dedicados con el deseo que sirvan de estimulo por todo aquello que es cultura y educación, en este caso el AJEDREZ.
No duden en ponerse en contacto con este blog en relación con sus inquietudes desde cualquier parte del mundo sellosficcion@gmail.com
José Cortés