Juana de Arco, también conocida como la Doncella de
Orleans, fue una joven campesina francesa que tuvo un papel crucial en la
restauración de la corona francesa en la Guerra de los Cien Años.
Santa y heroína de Francia, nació en enero de 1412 en
Domrémy. Murió a los 19 años, el 30 de mayo de 1431, quemada en la hoguera
acusada de herejía por la Inquisición en Ruán.
Mientras su país estaba en plena guerra, Juana de
Arco comenzó a experimentar una serie de sucesos que calificó como divinos. Con
tan solo 13 años, la joven Juana aseguró haber visto a San Miguel, Santa
Catalina y Santa Margarita.
Estas visiones cambiaron el destino de la doncella, según
se cree, le ordenaron llevar una vida “devota y piadosa”. Años
más tarde, fue Dios el que la encomendó otra misión: ayudar a Francia a
recuperar el trono.
En torno a 1428, Juana de Arco partió hacia Vaucouleurs,
lugar en el que se encontraban las tropas de Carlos VII. La joven guerrera
pidió alistarse en sus filas, pero la rechazaron.
Juana, sin embargo, no cejó en su empeño. Pocos meses
después, los ingleses tomaron la delantera en el conflicto con el asedio de
Orleans. Esto hizo que el ejército francés se trasladara a la localidad de
Chinon. Seguir
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