En el año 332 a. C., Egipto estaba bajo el dominio persa.
Ese mismo año, Alejandro Magno entró triunfante en Egipto como vencedor del rey
persa Darío III y los egipcios lo aceptaron y lo aclamaron como a un
libertador. Hay que tener en cuenta además, que en Egipto había desde mucho
tiempo atrás gran cantidad de colonias griegas y que por lo tanto no eran
considerados como extranjeros.
En abril de 331 a. C., fundó la ciudad que llevaría su
nombre en un lugar del delta del Nilo, sobre un poblado llamado Rakotis
habitado por un puñado de pescadores. La elección del emplazamiento fue muy
afortunada pues estaba al abrigo de las variaciones que pudiera tener el río
Nilo, y por otro lado, lo suficientemente cerca de su curso como para que
pudiesen llegar a través de sus aguas las mercancías destinadas al puerto, a
través de un canal que unía el río con el lago Mareotis y el puerto.
Al este de Alejandría en la antigüedad (donde ahora está
la bahía de Abu Kir) hubo varias islas y pantanos donde desde el siglo VII a.
C. existían importantes ciudades como Canopo y Heracleion. Esta última fue
redescubierta recientemente bajo el agua.
El lugar estaba frente a una isla llamada Faro, que con
el tiempo y las múltiples mejoras que se harían quedaría unida por un largo
dique a la ciudad de Alejandro. El arquitecto que realizó esta obra se llamaba
Dinócrates de Rodas. El dique tenía una longitud de siete estadios (185 m cada
estadio), por lo que se le llamó Heptastadio (Επτασταδίων). La construcción del
dique conformó dos puertos, a ambos lados: el Gran puerto hacia el este, el más
importante; y el Puerto del buen regreso (Εύνοστος), al oeste, que es el que
continúa utilizándose en la actualidad. Seguir
Era el hombre más poderoso de la tierra, pero en el año
323 a.C, cuando le faltaba poco más de un mes para cumplir 33 años, murió víctima
de una extraña enfermedad y en unas circunstancias muy oscuras. Su
fallecimiento es una incógnita histórica de primera magnitud.
Sabemos, gracias a los textos del historiador griego
Diodoro, que el 2 de junio, 12 días antes de su muerte, Alejandro participó en
un banquete organizado por su amigo Medio de Larisa, en el palacio de
Nabucodonosor II, en Babilonia. Tras una noche de borrachera, en la que
Alejandro bebió un enorme bol de vino en honor a Hércules, el emperador cayó
gravemente enfermo. Diodoro cuenta que Alejandro padeció fiebre alta,
escalofríos y cansancio generalizado, unido a un fuerte dolor abdominal,
nauseas y vómitos. En unos días fue incapaz de andar y, más tarde, de hablar. Seguir
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