Existen animales extraordinarios sobre la faz de la
tierra, criaturas que, además de presentar una estética singular, son ejemplo
de una adaptación brutal al medio en el que han de desenvolverse.
Un ejemplo claro de esto es el pangolín.
Este mamífero placentario con el cuerpo cubierto de
escamas, se alimenta principalmente de termitas, para lo cual ha desarrollado
una larga lengua pegajosa, y su boca, carece por completo de dientes. Otra de
sus peculiaridades son sus escamas, que le sirven como mecanismo de defensa,
pues cuando es atacado, tiende a hacerse una bola para protegerse por su dura
piel, su nombre viene del Malayo peng-goling (el que se enrolla). Seguir
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