El Monasterio de Yuste data de 1402, cuando se construyó,
según cédula existente, un cenobio que posteriormente dio paso al actual
edificio, el cual fue erigido a iniciativa de varios vecinos de la Vera, con el
objeto de continuar allí la vida contemplativa de los «ermitaños de la pobre
vida», acogidos con posterioridad a la Orden de San Jerónimo.
En el año 1556 Carlos I de España y V del Sacro Imperio
Romano Germánico decidió retirarse a algún convento para hacer en él vida
monástica, eligiendo para ello el Monasterio de Yuste. Por esta razón tuvieron
que realizarse numerosas obras para ampliar las escasas dependencias con las
que el monasterio contaba en ese momento y que eran insuficientes para albergar
al emperador y a las 60 o 70 personas con las que contaba su séquito personal.
La Casa-Palacio constaba de dos plantas con cuatro
estancias cada una, alrededor de un patio interior. Las habitaciones del
emperador estaban ubicadas junto al coro de la iglesia, de modo que le
permitían asistir a los oficios religiosos desde su propio dormitorio, sentado
en su litera, donde permanecía postrado debido a la grave afección de gota que
le aquejaba. Durante la estancia del emperador en Yuste, numerosos personajes
de la corte pasaron por allí para visitarle, entre ellos su propio hijo, el rey
Felipe II de España.
El 21 de septiembre de 1558, murió Carlos V en la que fue
su última morada. Fue enterrado en la iglesia para, con posterioridad, ser trasladados
sus restos al panteón real del Monasterio de El Escorial, por expreso deseo de
su hijo Felipe II.
En la Guerra de la Independencia Española, las
dependencias del convento fueron incendiadas y quedaron prácticamente
destruidas. Afortunadamente varias obras de arte del emperador Carlos V, como
La Gloria pintada por Tiziano, se habían restituido a la Colección Real tras el
fallecimiento del monarca, por lo cual se salvaron. Los jerónimos fueron
expulsados de Yuste y posteriormente, con la desamortización de Mendizábal, el
monasterio fue puesto en pública subasta, iniciándose una época de abandono y
deterioro del edificio.
En 1949, la Dirección General de Bellas Artes inició la
reconstrucción del monasterio, procurando respetar al máximo el diseño y los proyectos
originales. más información
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