José Luis Mayo Lebrija
Llamado desde la infancia a reproducir la realidad y sus
inquietudes a través de una materia prima nada noble, más bien pobre, sencilla
y humilde, José Luis Mayo Lebrija descubrió en el barro el modo plástico
perfecto para expresar sus percepciones de cuanto le rodea y siente.
Su periplo pasa de lazarillo, repartidor de pan,
florista, pintor, a trabajar en diferentes talleres artesanales, bien de
cerámica, fundición o escultura, hasta tomar un contacto directo con el mundo
del Belén, en el que encuentra el mundo perfecto en el que desarrollar su
creación.
Si 1971 constituía su primera experiencia en solitario en la andadura artística con su estudio de Algete, la década de los años 80, casado y con descendencia, suponía el afianzamiento y eclosión de su taller en Leganés. Seguir
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