La fiesta se remonta a hace varios siglos, y es que ya se
celebraban en el año 1186 cuando el obispo de Pamplona Pedro de París recogió
en Amiens las reliquias de San Fermín y dispuso que su festividad fuera el 10
de octubre, y tuviera igual rango que la de los apóstoles.
En cuanto al encierro actual, tal y como lo conocemos,
nació por la necesidad de trasladar a los toros desde las afueras de la ciudad
a la plaza de toros. La razón del éxito y tradición de generaciones, se debe,
según los antropólogos y estudiosos de la historia, a la atracción que el
riesgo tiene. Muchos cifran el éxito internacional en la novela de Hemingway y
la repercusión de las fiestas en los medios de comunicación de todo el mundo. A
nivel audiovisual no tienen comparación.
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