Impreso en 1472 en Segovia, el sinodal de Aguilafuente tiene el honor de ser considerado el primer libro impreso en España. La ciudad, centro político de Enrique IV, contaba con una casa de la moneda y un gran desarrollo industrial. Este hecho, junto a la gran implicación que tuvo en aquella sociedad Don Juan Arias Dávila, obispo regente de la ciudad (1461-1497), propició el interés necesario para que se instalase en Segovia la primera imprenta. No hay que olvidar que Dávila fue un gran humanista, cuya principal preocupación era la creciente pérdida de disciplina católica por parte tanto del pueblo llano como del clero (en todos sus estamentos). Por ello, convocó un sínodo en Aguilafuente con el fin de recordar y recoger en papel todos los derechos, pecados y obligaciones que cualquier, a su juicio, buen cristiano debía saber para evitar posteriores excusaciones por desconocimiento.
Juan Parix, a quien el obispo probablemente conoció en Roma, se instaló en la
ciudad y se encargó de ese y de otros siete libros más de carácter
eclesiástico. Compuesto por 48 hojas, existen del mismo dos ediciones
distintas. Seguir
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