Hoy, nuestros sellos de ficción están dedicados a Costa Rica, país que tengo la gran suerte de conocer. En primer lugar presentamos dos sellos con símbolos costarricenses, trajes típicos, árbol, flor, ave y bandera.
En segundo lugar, dentro de nuestra sección Mujeres Célebres, hacemos un sencillo homenaje a Mirella Barboza y Adelaida Chaverri, por todo lo que han significado para su país y el mundo.
Lo mejor de este País, lo 'rico' y creo poder decir que de
todos, son sus gentes. Y ahí, ellas dos, entre tantas y tantos.
La una, célebre en su danza. Tuvo buen 'ensayo' en su
infancia dejándose deslizar llevada por las aguas del río. Danzaba ya, quizás
sin saberlo, llevada por la corriente interior de las aguas. Se llama arte.
Y tuvo que mostrarlo fluyendo de igual forma, en los
escenarios del mundo. Arte compartido con aquellos que saben verlo porque...
conectan también con sus corrientes interiores.
Adelaida, ecóloga. Mujer tenaz, fiel a la llamada y bien
llamada Madre Tierra.
Se requiería oír en sus adentros, otra danza: la de
*saberse hija* de tan fértil Madre; y así amarla, cuidarla, protegerla y
agradecerla. Tierra que a poco que se la cuide, agradecida ella, hace emerger
la 'pura vida' en todas sus vertientes. No con ruidos, sí con armonía.
Y es que, solo en el interior, es donde ES la belleza,
donde reside el arte, donde se 'oye' la danza. Y estas dos mujeres, danzaron
haciendo que danza y danzarín sean unicidad.
Lo místico es eso. Mireya no se equivocó al decir:
"Nunca me importó lo material; lo que sí me importó mucho fue el
crecimiento espiritual". Y lo hizo, lo hicieron realidad.
Y junto a ellas, aparece un emotivo recuerdo a las
Fraters FiVer, inscritas con sencillez en la fragilidad de la arena en
playa española.
Pero de nuevo surge la palabra danza, aquella que siempre
suena. Y en y por ella danzan de las mil formas que la vida presenta.
Son las olas que las bañan y mecen y que evocan a la gran
metáfora que la espiritualidad presenta. La de que *toda ola, es el mar*. Y
que, al igual que ellas, no son, no somos las mismas, pero sí lo mismo:
Espiritualidad.
Ojalá crezcamos en esta experiencia, que no creencia.
Muchas gracias. De corazón.
Isabel Cuenca Soriano ( Madrid )
Un saludo muy especial para todos los amigos costarricenses que verán en estos días los diseños dedicados a Costa Rica desde cualquier parte del mundo.
También tenemos presente a toda la Comunidad FiVer en todos los países hermanos hispanohablantes.
Playa de Las Canteras, Las Palmas de Gran Canaria, España.
FiVer ( Fidelitas Verbo )
Me parecen muy bonitos. Todo un signo de empatía y creatividad. Mil Esker. Un gran abrazo
ResponderEliminarAún habiendo estado en Costa Rica, no supe de las historias de Mireya y Adelaida. Hoy, sí, gracias a ese reconocimiento que les haces amigo Cortés. Justo y necesario.
ResponderEliminarLo mejor de ese País, lo 'rico' y creo poder decir que de todos, son sus gentes. Y ahí, ellas dos, entre tantas y tantos.
La una, célebre en su danza. Tuvo buen 'ensayo' en su infancia dejándose deslizar llevada por las aguas del río. Danzaba ya, quizás sin saberlo, llevada por la corriente interior de las aguas. Se llama arte.
Y tuvo que mostrarlo fluyendo de igual forma, en los escenarios del mundo. Arte compartido con aquellos que saben verlo porque... conectan también con sus corrientes interiores.
Adelaida, ecóloga. Mujer tenaz, fiel a la llamada y bien llamada Madre Tierra.
Se requiería oír en sus adentros, otra danza: la de *saberse hija* de tan fértil Madre; y así amarla, cuidarla, protegerla y agradecerla. Tierra que a poco que se la cuide, agradecida ella, hace emerger la 'pura vida' en todas sus vertientes. No con ruidos, sí con armonía.
Y es que, solo en el interior, es donde ES la belleza, donde reside el arte, donde se 'oye' la danza. Y estas dos mujeres, danzaron haciendo que danza y danzarín sean unicidad.
Lo místico es eso. Mireya no se equivocó al decir: "Nunca me importó lo material; lo que sí me importó mucho fue el crecimiento espiritual". Y lo hizo, lo hicieron realidad.
Y junto a ellas, aparece un emotivo recuerdo a las Fraters FiVer, inscritas con sencillez en la fragilidad de la arena en playa española.
Pero de nuevo surge la palabra danza, aquella que siempre suena. Y en y por ella danzan de las mil formas que la vida presenta.
Son las olas que las bañan y mecen y que evocan a la gran metáfora que la espiritualidad presenta. La de que *toda ola, es el mar*. Y que, al igual que ellas, no son, no somos las mismas, pero sí lo mismo: Espiritualidad.
Ojalá crezcamos en esta experiencia, que no creencia.
Muchas gracias. De corazón.
Isabel Cuenca
Gracias Jose por rescatar nuestros valores
ResponderEliminarGracias José por resaltar nuestros símbolos que resaltan nuestra bella naturaleza y cultura y además de rescatar valores dirigidos a las mujeres costarricenses, porque en esas dos mujeres Mirella y Adelaida, una artista y la otra ecóloga, nos identificamos también.
ResponderEliminarTus muestras de cariño con nuestra fraternidad Fiver, preciosa foto !!! Evocando a nuestra querida Isabel con sus preciadas margaritas.
Siempre tu trabajo excepcional mostrando tus dotes de artista. Gracias gracias 💐 y a seguir adelante con tu esfuerzo y dedicación de llevar al mundo estos mensajes.
Lorena Flores, San José de Costa Rica.