El propósito último del Ramadán, como su etimología nos sugiere, es el de convertir en cenizas, o eliminar, todo cuanto es perjudicial, desequilibrios, ausencia de propósitos, falta de conciencia de las necesidades con el entorno, deficiente actitud en la búsquela de lo Trascendente, etc. Es decir, propiciar en cada persona el renacimiento al nuevo ser que, al igual que el ave Fénix, surge desde las cenizas del interior.
Lo más conocido del Ramadán es que las personas no comen durante las horas del día. Y lo menos conocido, como siempre, es lo verdaderamente importante: que el ayuno se prescribe como ejercicio auxiliar para la autocrítica, y de la "puesta a punto" en el ámbito de las relaciones, tanto en lo social como en lo espiritual.
Este ejercicio, no es eficaz si no se evita la dispersión mental que, sobre la intención de la mejoría propone el Ramadán sobre el cuerpo y el espíritu.
Si durante este tiempo no se aprovecha la oportunidad de mejorar cualquier aspecto de nuestras vidas, será un tiempo perdido. Pues es un periodo especial de revisión.
Si estás disgustado con amigos o familiares, este tiempo es especialmente indicado para resolver conflictos.
Si alguien te debe un favor, y puedes disculparlo, este es el momento de hacerlo.
Si debes un favor a otro, y puedes pagarlo, este es un buen momento para saldar tus deudas.
Si tu vida no transcurre por los cauces adecuados, este el el momento de enderezarla.
Si eres de los que solo ayunan, pero no te ocupas de mejorar en tu vida... pequeño es el Ramadán que haces.
Unas de las cosas que invalidan el ayuno... es el enfado, la ira... Por lo que al no comer ni beber, se le une un gran esfuerzo interno de controlarnos a nosotros mismos y mantenernos en la serenidad. Es por eso que un musulmán debe hacerse fuerte, mas que nunca, hacia este tipo de ataques y provocaciones. De nada serviría un día de ayuno vivido de manera colérica, ensuciando nuevamente el alma y nuestro interior.Un gran ejercicio espiritual sin duda alguna...
Que Dios tenga piedad de todos nosotros, hijos de un ÚNICO DIOS y nos haga volver a ver la vida con los ojos inocentes de un niño, sin maldad, rencores, envidias y frustraciones que los mayores vamos guardando en los corazones con el paso de los años y que no nos dejan vivir en paz los unos con los otros.
Nur Qalb Al Andalusya
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