Mirlo
En los bosques y los sotos, su medio natural, los mirlos
son aves ariscas que permanecen ocultas. Pero los que viven en contacto con el
hombre se han hecho mucho más intrépidos y, desde hace un siglo, experimentan
una considerable expansión. Si un gran número de especies ha sufrido graves
perjuicios a causa de las actividades humanas, el Mirlo Común ha sabido, por su
parte, sacar partido de las mismas sin, por otro lado, caer en un estado de
estricta dependencia, como el Gorrión Común. Se encuentra en todas partes a
nuestro alrededor, e incluso los más pequeños jardines pueden albergar su nido.
Es un pájaro vivo y agitado. Si se asusta, huye volando
raso, lanzando un irritado crescendo. Moderadamente inquieto, se contenta con
algunos «tchar-tchar» interrogadores, mientras que al acercarse la noche emite
con insistencia unas series de «tic-tic-tic-tic», oculto al abrigo de la
maleza. En contraste con este repertorio de gritos discordantes, el canto es de
una pureza extraordinaria.
De entre los zorzales que crían en España el Mirlo Común
es el único en el que el plumaje del macho es diferente al de la hembra; el
macho es negro, con el pico amarillo, mientras que la hembra es más parda y
apagada, más parecida a otros zorzales. Seguir
Garza Real
No hay que fiarse del aspecto petrificado que ofrece la
delgada silueta de la Garza Real, inmóvil al borde del agua. La garza no
desdeña nada.
La Garza Real cría preferentemente en grupos, en árboles
altos. Estas colonias, o «pajareras», reúnen en general algunas decenas, como
mucho, de parejas, aunque en otros países, a veces, son mucho más numerosas en
regiones de marisma o carrizales. Las «pajareras» del centro y sur de España,
donde suelen criar varias especies juntas, tienen un aspecto muy pintoresco, y
constituyen un admirable espectáculo con sus idas y venidas, sus querellas
acompañadas de roncos gritos y los árboles llenos de grandes aves de color
claro.
Relativamente escasa hace 15-20 años en España, la Garza
Real ha colonizado nuevas zonas del occidente español y la población ha
aumentado sensiblemente en los últimos años. Parece que, después de la cría,
las aves se dispersan en todas direcciones y a distancias de uno o varios
cientos de kilómetros. En invierno, es ave común en cualquier pantano, charca
grande o ribera de río, merced al gran número de individuos que, procedentes de
otros puntos de Europa, alcanzan la Península para invernar. Seguir
No hay comentarios:
Publicar un comentario